Camino cada día más rápido,
en el vano e inútil intento
de hallar labio a labio mi destino,
mi fuente de energía, un pseudo yo ridículo;
un ingenua ilusión.
Poseo un reino con fronteras abiertas,
cuyo tamaño cabe en una cama.
No hay habitantes.
Forasteros que observan el lema.
“Añoro la añoranza”.
Rezaría por ellos si pudiera. -No sé-
Apátrida de lo físico, inestable en el alma.
Esto es una historia de emoción contenida,
en un mundo que rechaza la ansiedad.
¡Quiero algo, y lo quiero ya!
El ego ya está conformado;
“melancolizo la melancolía”
que incluso a veces es más que delicia.
Ya no puedo besar...
vivo sólo caricia a caricia.